Tras el tetrásforo

¿Fue la Edad Media verdaderamente una larga noche de mil años?

A los que estamos fascinados por esta etapa histórica no deja de llamarnos poderosamente la atención esta descripción para referirse a la Edad Media.

Vamos a abordar aquí una etapa concreta: s.XIII en Castilla. Es, en ese momento, cuando surge y alcanza su máximo apogeo la constricción que nos ocupa: la Cuaderna Vía o Tetrástrofo Monorrimo, molde utilizado durante el Medievo por el mester de clerecía1 .

Semejante calificación, atrevida cuando menos, describe un periodo que ha sido visto como una recesión del conocimiento desde la óptica de los historiadores y analistas posteriores, como si se tratara de un paréntesis de esterilidad y retroceso entre la Antigüedad y el Renacimiento. Sin embargo, debemos detenernos en muchas de sus múltiples riquezas, una de ella, esencial, fue el gran desarrollo educativo además de otros importantes culturales y filosóficos.

El tretrásforo monorrimo es una estrofa de cuatro versos de arte mayor (alejandrinos divididos en dos hemistiquios 7+7 con una pausa o cesura entre ellos) que, en el modelo canónico, se estructuraba en 4+3 sílabas y 3+4 sílabas con la siguiente caracterización acentual: tetrasílaba llana (òoóo) + trisílaba llana (oóo); y trisílaba llana (oóo) + tetrasílaba llana (òoóo).

Bello resulta pensar que, como dice Isabel Uría, citada por Juan García Única en La cuaderna vía castellana del siglo XIII y los límites de la enunciación: fronteras de una poética sustancialista, “la cesura que divide el verso fuera la distancia que media entre una imagen y su reflejo especular, dispuestas entre sí de manera geminada (4+3 / 3+4)”.

La cuaderna vía es una estrofa de carácter culto pues el nombre de mester de clerecía hace referencia a la literatura medieval escrita por clérigos y sabios del ámbito eclesiástico. Su clara y fija estructura métrica se oponía en su momento a la poesía cantada por los juglares, cuya métrica era irregular y su rima asonante.

En la literatura española, la cuaderna vía es empleada por primera vez en el Libro de Alexandre, obra que data del primer tercio del siglo XIII, y que cuenta la vida y hazañas de Alejandro Magno. Esta denominación, “cuaderna vía”, aparece por primera vez en la segunda estrofa de este mismo poema de donde se extrajo.

Mester traygo fermoso, non es de joglaría (7+7 A)
mester es sin pecado, ca es de clerezía (7+7 A)
fablar curso rimado por la quaderna vía (7+7 A)
a sílavas contadas, que es grant maestría. (7+7 A)

Este mismo texto sitúa la cuaderna vía por encima, en pureza y elaboración, de otras composiciones poéticas populares. Su esquema métrico y la regularidad de los versos no deja de ser de una gran complejidad y es ese estilo culto propio el que reivindica el texto.

Decir, además, que el nombre de “cuaderna vía” proviene precisamente del quadrivium (del latín “cuatro caminos”), las cuatro artes que constituían la base de la enseñanza medieval y de los estudios medievales que provenían de los pitagóricos: aritmética, geometría, música y astronomía. Los clérigos o sabios que escribían en cuaderna vía habían cursado los altos estudios de entonces, la educación superior derivada del trivium.

El ‘Libro de Alexandre’ (siglo XIII) es la primera obra conservada en castellano que emplea la cuaderna vía. Se inicia haciendo referencia a este modo particular de escritura, alabando la maestría con la que los autores eran capaces de rimar y versificar con ese esquema tan rígido y complejo como ya hemos mencionado.

En estos primeros versos se hace referencia a la supremacía de la clerecía, ya que los clérigos (entendido como “sabios”) eran hombres cultos a la búsqueda de la perfección de sus versos frente a las imperfecciones métricas usadas por los juglares. Si bien con el tiempo se ha visto que tal oposición no resultó finalmente ser tan rígida.

Los orígenes de esta estrofa parecen situarse en el alejandrino francés, del cual sería una adaptación, según afirmó el hispanista Alan Deyermond. Otros críticos han señalado la influencia de la poesía latina francesa del siglo XII.

Otros ejemplo sería Gonzalo de Berceo que usó la cuaderna vía con gran pericia en sus obras, especialmente en Los Milagros de Nuestra Señora:

Señores e amigos, por Dios e caridat
oíd otro miraclo, fermoso por verdat:
Sant Ugo lo escripso, de Gruñiego abat,
que cuntió a un monge de su socïedat.
Un fraire de su casa, Guiralt era clamado,
ante que fuesse monge era non bien senado;
facié a las debeces follía e pecado
como omne soltero que non es apremiado.

Aunque muy regular en sus comienzos, hoy en día observamos en la lectura elementos irregulares, debidos tanto a errores en la reproducción de los textos cometidos por los copistas como a las licencias poéticas utilizadas (sinalefa, el hiato, la sinéresis o la diéresis). De este modo, ya entrado el siglo XIV, podemos encontrar muestras no tan ajustadas a la norma tanto en la rima como en la métrica. El tetrásforo, demasiado estricto y monótono, va dando paso a otras fórmulas mejor a adaptadas a nuevos contenidos.

Como ejemplo de esto tenemos El Libro de Buen amor, del Arcipreste de Hita, donde encontramos rimas asonantes y hexadecasílabos que varían el molde estrófico inicial.

De pequeña cosa nace rumor en la vecindad;
ya nacido, tarde muere, aunque no sea verdad,
y crece de día en día con envidia y falsedad;
poco le importa al mezquino lo que sea mezquindad

Para terminar, os dejamos aquí las primeras cinco cuartetas de El Libro de Alexandre con su traducción correspondiente; animándoos a concluir su lectura, desde una mirada desprovista y no condicionada por los tiempos:

Señores, si quisiéredes mio serviçio prender, 1
querríavos de grado servir de mio mester:
deve, de lo que sabe, omne largo seer;
si non, podrié en culpa e en riepto caer.

mester trayo fermoso: non es de joglaría; 2
mester es sin pecado, ca es de clerezía
fablar curso rimado por la quaderna vía,
a sílavas contadas, que es grant maestría.

Qui oírlo quisier’, a todo mio creer, 3
avrá de mí solaz, en cabo grant plazer;
aprendrá buenas gestas que sepa retraer;
averlo han por ello muchos a coñoçer.

Non vos quiero grant prólogo nin grandes nuevas fer: 4
luego a la materia me vos quiero coger.
el crïador nos dexe bien apresos seer:
¡si en algo pecáremos, él nos deñe valer!

Quiero leer un livro de un rëy pagano, 5
que fue de grant esfuerço, de coraçón loçano;
conquiso tod’el mundo: metiolo so su mano.
ternem’, si lo cumpliere, por non mal escrivano

Señores, si requirieseis mis servicios, 1
de buena gana os serviría con mi arte
porque uno debe ser dadivoso con sus saberes;
si no, podría ser culpado y condenado.

Yo traigo un arte hermosa, que no es de juglaría; 2
es un arte sin tacha, pues es propio de la clerecía
el discurso rítmico y rimado mediante la cuaderna vía,
contando las sílabas, lo cual demuestra gran maestría.

Quien quiera oírlo, a mi juicio, 3
obtendrá solaz y, en fin, un gran placer;
y aprenderá grandes gestas para contarlas él mismo,
por lo que llegará a ser muy conocido.

No voy a comenzar con un prólogo largo y prolijo, 4
sino que enseguida voy a entrar en materia.
Que el creador nos dé sabiduría
y, si errásemos en algo, que se digne ayudarnos.

Voy a recrear la historia de un rey pagano, 5
que fue muy esforzado y de corazón vigoroso,
que conquistó el mundo entero y lo subyugó.
me tendré, si lo consigo, por no mal escritor.

1 El mester de clerecía es la literatura medieval compuesta por clérigos, es decir, hombres instruidos y no necesariamente sacerdotes, que poseían unos conocimientos superiores a los del trivium o triviales, la enseñanza elemental de la época. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Mester_de_clerec%C3%ADa

Bibliografía:
Cañas Murillo, Jesús (2011): El Mester de Clerecía y la literatura didáctica. Alicante : Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Recuperado de https://www.cervantesvirtual.com/obra/el-mester-de-clerecia-y-la-literatura-didactica
García Única, Juan (2015): La cuaderna vía castellana del siglo XIII y los límites de la enunciación: fronteras de una poética sustancialista. Cuadernos del CEMyR,
Libro de Alexandre, Edición, estudio y notas de Juan Casa Rigall. RAE. Recuperado de https://www.rae.es/sites/default/files/hojear_libro_de_alexandre.pdf

Marisa Bello
Consejo editorial agua

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