Lo impar siempre da a luz
y el agua rompe:
de aquella, nos salieron quintillizos;
ahora: qué será.
No sabemos del futuro ni las gotas, pero sí: su esfuerzo, tan panzudo. El tirar de su humedad y
hacerla un peso que camina: eso sí. Pero no de cómo llegan; ni sabemos, hoy ni ayer, cuál o
cómo era su umbral o el acueducto hacia mañana.
El agua se deshace porque sabe armar un cosmos, otra vez: su panza, que es testigo de la
fuerza, no se para aunque parezca, no se aplana con embistes de algo ajeno: aunque parezca.
Este número es distinto: es umbral que no sabemos, que no para el camino. Es un poco de
acueducto porque es hoy; y mañana: no sabemos hacia dónde nos camina. Saber es un pasado
y nunca un acueducto. El agua, sin embargo: saca panza (es una ley) y se hace cosmos: eso
siempre. Tenemos certidumbre en nuestra fuerza, sabemos del esfuerzo de la panza. Pero no
(no todavía) del cosmos, qué será ni dónde, dónde lleva este camino del esfuerzo. Camino que
será: pero es mañana.
Agua se despide brevemente: hay umbrales con su fuerza forastera que no pueden con el
cosmos, pero aprietan. Las gotas: o redondas: o da tiempo y recuperan fuerza cósmica.
A lo largo de este tiempo (intertiempo, post y pre todo a la vez), el número de ahora no habrá
techo en nuestra web: iremos publicando, poco a poco: a cada pez, cada tentáculo, seres de
este mar tan generoso; aquí en IG. No habrá techo de la web, hoy. Lo habrá mañana, después
del acueducto: lo impar siempre da a luz.
El agua rompe: de aquella, nos salieron quintillizos como años; y eran años y lo son: cinco,
como dedos de una mano que es del agua porque en ella está su origen; y del todo.
Ahora: qué será.
Esperamos caminar con cinco dedos, diez y veinte, con los dedos de todos vuestros pies para
llegar al otro lado: la panza como un cosmos de una gota
Pilar Trol
Consejo editorial agua
