Xaime Martínez

De Cuerpos perdidos en las morgues (2018)
CUERPOS PERDIDOS EN LAS MORGUES

Solo el terror despierta a los amantes.
Eduardo Lizalde

¿Dónde están esos cuerpos perdidos en las morgues?
¿Y dónde el tibio amor que los compuso?


Me desperté y llorabas
Como una gasa húmeda la noche te envolvía
tal material quirúrgico recién hervido
las horas de la noche te envolvían con su gasa húmeda
y caliente perlada de rocío y tal vez yo 
también pero no va de eso el poema
sino:
me desperté y llorabas
y te dije recuerda amor que nos dormimos viendo Penny
                            Dreadful
lo más probable es que esto sea solo
un sueño de los míos
                                        y una mierda
soy yo la que siempre sueña las cosas

Pero da igual el caso es que llorabas
qué nombre le pondremos a este bulto y evitabas mirar
qué te parece bulto Aureliano tumoración nódulo mamario

Te dormiste tú solo como siempre 
Perdona no me creo que haya vuelto a pasar eres imbécil no
                   me toques es posible 
que no dijeras esto sino algo
más parecido a 
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría sí pues la verdad es que puedo
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría alguien cambió los nombres en las fichas
                    policiales
Oh can you feel my heartbeat?
Yo te contestaría entiendo su preocupación señora pero
                    estamos atados de pies y manos
Y alguien quizás un productor quizás el guionista aunque
                     lo dudo
montaría después aquella escena en que el maníaco revisa 
las firmes ataduras de su víctima
y yo de pronto tomaría el punto
de vista del fanático y tú bueno ya imaginas
ME DESPERTÉ Y LLORABAS
                                                        pero en esta 
ocasión tal vez no dijimos nada por un rato
Un abrazo tan solo (El plano se va abriendo / ¿eso es un
                     pene?)

Desconocía que escucharas a Nick Cave te dije al fin
No sé quién es Nick Cave me contestaste
Y entonces me detuve
No sé quién es Nick Caaaaaave

Me desperté otra vez
Me incorporé muy rápido en la cama Sin prender
la luz logré bajar a la cocina Cogí un vaso
Me sacudí aquel sueño como pude

Despierta, dije.

Amor, amor me temo   
                                         que han robado nuestros cuerpos.

JUNTA DE VALLADOLID

Mas detenido el látigo en su vuelo,
la conquista del mundo habrá de congelarse.

Sanguíneas calles de Valladolid, oro sanguíneo naciendo en
                   tierra de los encomenderos, la teología es una vasija
                    rota o eso gritan, la guerra justa es justa al
                   comienzo del verano o eso gritan,
treinta proposiciones muy jurídicas,
algo vibrando en el principio de las cosas

y pese a todo no habrá resolución posible.

Podrán vibrar los adoquines y las tristes mercancías en las
                   panzas de los barcos y los tratados de derecho
                   internacional y las túnicas negras de los dominicos,
tensos como la cuerda tensa de otro arco,
como la cuerda tensa, el mundo
solo podrá romperse o disparar, 

y pese a todo no habrá resolución:
ambos tendrán que ser declarados vencedores.

Retomarán los ánades salvajes
su vuelo como un látigo en la mente del poeta
y la viruela y nuevas epidemias de viruela y el tifus y la gripe
                   y la difteria
devastarán campos y bosques de la América lejana
y un niño nacerá que llevará por nombre Garcilaso el Inca

y alguien preguntará si mereció la pena,
este parar y este detenerse
si mereció la pena ver el mundo desde lejos
con su belleza simple, con su horror colapsado.

Alguien dirá que sí, que estuvo bien.

Y yo seré aquel hombre que te besó en la frente.

LA CITA DE FATAL DESTÍNEZ NO SALIÓ COMO ESPERABA

Amor, esto no es
                                      un poema-postal.
Lo puedo confirmar desde ahora mismo:
no he estado en Marrakech, ni en Venecia
ni en la cárcel.

No es tampoco un metapoema;
no pienso en aquel cerdo 
capado por los medios del lenguaje.

Si acaso, esto es tan solo un monolito.
O algo más humilde, una piedra rugosa

(por cierto, amor, quién eres)

que tal vez flota dentro de una masa
de agua extrañamente densa.

                                                              Como mi vida.

Oh, shit.

DESPUÉS DE LA CAÍDA

Después de la caída
este furor sagrado no me sirve.

Ha vuelto a irse la luz
y temo que esta vez ya no sabré arreglarlo:
el mundo se levanta 
como un desierto negro cuando llega la noche.

A veces creo ver a alguno
frente al antiguo bar, o más allá, entre las huertas,
y espero en la ventana hasta que desaparecen…
Después de la caída no es posible el intento.

Quemé tres libros la primera noche.
Luego me arrepentí, y desde entonces
ya solamente sueño con quemarlos
mientras desmonto y limpio la pistola.

¿Qué hemos de hacer ahora con aquellas
enfermedades que crecieron como plantas exóticas?
¿De qué valen ahora los tratados
de métrica y de estilo, 
aquellas impresoras que temblaban en la noche,
las máquinas para encanutillar originales,
sonrisas y contactos de los editores,
ferias del libro, periodistas culturales?

Estoy solo, y esta prisión del pecho…

Después de ver aquel cortejo extraño
atravesando nuestras tierras
—un hombre y un caballo escuálidos 
bajo la sombra ruina de un paraguas—
este furor sagrado suena a hueco;
ridículo, vacío, inadmisible.

Temí perder la vocación, pero ahora pienso
quién la hubiera perdido
y rumio el pensamiento como un coro:
después de la caída y de los muertos,
este furor sagrado no me sirve.

¡Tal vez si consiguiéramos vivir
como los niños juegan sobre un árbol caído!

Inéditos fuera de libro
[UN ÁNXELU EN BLANCO…]

Un ánxelu en blanco 
dilse sobre les coses toes Inundándoles
Yo salgo de la casa mía
Y entrugo 
Quiéresme asina, 
Señor, 
como la fueya?

[UN ÁNGEL EN BLANCO…]

Un ángel en blanco
se derrite sobre las cosas todas Inundándolas
Yo salgo de la casa mía
Y pregunto
¿Me quieres así,
Señor,
como la hoja?

EL FOTÓGRAFU CONSTANTINO SUÁREZ FALA DE LA SERONDA O UNA APROXIMACIÓN FORMAL A LA ESFOYAZA

El tiempu la seronda
yera’l de preparamos pa la muerte.
Visiones y folixa del maíz
y espectrales panoyes enrestraes
aguardando’l molín del so señor:
una partida de La Fuercia fai qu’una muyer traicione al home suyu xunta
                      la vía del ferrocarril,
dos mocinos atrullen nuna poza de fastíu o deséu,
procesiones, socesos y carreres caen sobre Xixón como les bombes
                      d’otros…
La esfoyaza ye siempre pa la nueche.
Los galanes, depués, 
faen compaña a les moces hasta les cases d’elles 
—que siempre tán bien llonxe—
y a la mañana aprucen en trabayu.

EL FOTÓGRAFO CONSTANTINO SUÁREZ HABLA DEL OTOÑO O UNA APROXIMACIÓN FORMAL A LA ESFOYAZA

El tiempo del otoño
era el de disponer para la muerte.
Visiones y festejo del maíz
y espectrales mazorcas enrestradas
esperando el molino del señor:
una partida de La Fuerza hace que una mujer traicione a su marido junto
                   a la vía del ferrocarril,
dos chavales se atoran en un pozo de hastío o deseo,
procesiones, sucesos y carreras caen sobre Xixón como las bombas de
                     otros…
La esfoyaza es siempre hacia la noche.
Los galanes, después,
escoltan a las mozas a sus casas
—que siempre están muy lejos—
y de mañana están en el trabajo.

XAIME MARTÍNEZ (Uvieu, 1993).

Xaime Martínez es escritor, filólogo y músico de pop.

Ha escrito poemarios tanto en castellano —Fuego cruzado (Hiperión, 2014, Premio Antonio Carvajal); Cuerpos perdidos en las morgues (Ultramarinos, 2018)— como en asturiano: Hibernia (Saltadera, 2017, Premiu de la Crítica d’Asturies). Como traductor ha vertido al asturiano La torre, del poeta irlandés William Butler Yeats (Impronta, 2018).

Además, ha sido fundador y coeditor de la revista de literatura  joven Oculta Lit y ha colaborado con medios como PlayGround, Tentaciones, Anáfora o La Nueva España. Como músico, ha publicado dos discos junto al grupo de folk La Bande y, posteriormente, el libro-disco en solitario Ósculos d’agua nel Imperiu Asturianu (Araz, 2018), que aúna lírica y música pop.

Recientemente su poemario Cuerpos perdidos en las morgues ha ganado el Premio Nacional de Poesía Joven «Miguel Hernández» 2019.

Actualmente, se dedica a investigar las polémicas literarias de principios del siglo xviii en la Universidá d’Uviéu y su primera novela, La fuercia o les cuatro epifaníes de Martín Feito (Hoja de Lata) se ha editado en el otoño de 2021.


Tres detonantes creativos
El arte, las cosas raras, lo que desaparece.

¿Algún rito preliminar antes de la escritura? ¿Cuál?:
Depende de lo que esté escribiendo puede ser leer o no leer.

¿Qué fases atraviesan tus poemas? ¿Cuándo pones fin a un texto?:
Primero pienso en ellos por la calle o en la ducha, luego los escribo a mano, tacho cosas y dibujo flechas, y después los transcribo en el ordenador. Le pongo fin cuando se publica.

¿Cuáles son tus referentes poéticos?:
Últimamente he estado leyendo bastante a Mario Montalbetti y a Louise Glück.

Un consejo al escritor novel:
Que no se desespere.

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