Geraldine Ramones

¿POR QUÉ VACUNAR LA VIDA?

El miedo nos paraliza,
es fecundo el alarmismo.
Vivimos amarillismo 
y un virus que va con prisa.
¿Tanta alarma es necesaria?
¿Es verdad o distracción?
Los medios bajo coacción
siempre disfrazan las fallas,
sobre todo, si así callas
de mujer revolución.

Que nos vamos a morir
desde niños lo sabemos
y mentiras nos bebemos
en el tren de coexistir,
pero no sobra decir
que nos causa una gran pena 
el que no se dicte pena 
para un virus más mortal:
el machismo es más letal
y no ponen cuarentena.

Nos gobierna una epidemia
de indiferencia sin cura.
Entre el mal y la locura
seamos fuerza, seamos fuerza.

¿Por qué te conmueve C O V I D uno nueve?
Si a manos de hombres diario mueren más.
¿Por qué finge entonces tu voz que se duerme?
Si tanto hace falta que salga a gritar
cuántos miedos andan sueltos,
resistentes como virus.
Nos silencian los tabús,
la vergüenza, ser impuros.
Las industrias, los gobiernos,
los secuestros, la extorsión.
La indomable violación
Pedofilia, Papiloma,
el SIDA, que aún se nombra 
con temor y repulsión.

La educación tiene cáncer,
obsolescencia, delirio.
Desde ayer nos grita auxilio.
¿Por qué no lo quieren ver?
Si saber nos da poder.
¿Por qué vacunar la vida?
Planta un cielo en tus heridas
recrea nuevas escenas
que, aunque nos maten, la vida,
se merece ser zurcida.

¿Y por qué no hacer conciencia
de este contagio brutal?
¿Por qué ante un virus global,
como es el feminicidio,
es normal vivir violencia?
¿Por qué no buscar congruencia?
Ser de agua, ser de tierra 
ser de amor y no ser guerra,
ser un mapa de los niños
donde habiten los cariños 
y que no exista ceguera.

Nos gobierna una epidemia
de indiferencia sin cura
entre el mal y la locura
                             Seamos fuerza
             Seamos fuerza.

DÉCIMAS PARA UN DON DE SEVILLA

Y a la hora que te leo
la luz recién amanece.
Quisiera que alguien me bese.
Quisiera un pan de deseo,
acá el sol aún no veo,
aún no me ha saludado.
Ya fui y vine al mercado.
De semáforos y luces
y rayos artificiales
mis ojos han deslumbrado.

¿Pero pan? ¿dónde? No veo.
No hay sabor beso ni gloria,
no hay azúcar ni memoria
que amasar en este reo
de rutina sin deseo.
Pásame la miel poeta,
pan que cruja con tu letra
¿En avión llegará bien?
a tiempo a decir amén.
Y el sol ¿en qué maleta?

HUMANÉMONOS

Uno siempre habla del yo,
yo-yo mío ineludible,
y al nosotros poco audible
el silencio lo mató.
Quiero pensar que falló
el lenguaje, no la gente
y que no fue corta mente
la que así nos sentenció.
Si el nosotros pereció,
revivirlo nuevamente.

Así el yo se idealizó
por presunción o costumbre,
tal vez falta que se encumbre
desgramaticar el yo.
Pues si alguien lo subrayó
olvidó nuestra raíz:
que nacidos del maíz
la tierra nos parió humanos,
diferentes sí, y hermanos
sin distinción de país.

Y nadie quiere soltarse
ni arriesgar su libertad,
pero vivir con crueldad 
¿es acaso emanciparse?
¿No podría desdibujarse
nuestro ego en evolución
y que sea nuestra canción
un resonante nosotros?
Que miremos pues a otros
dando alas al perdón.

Así, aunque termine el viaje
habremos sido caminos.
Habremos sido destinos
no territorios de anclaje
ni odios por reciclaje.
Y es que sí pesa la historia,
nunca es discriminatoria
de los recuerdos dolientes,
amémonos resilientes
que no duela la memoria.

Desterrando, si es delito,
el fingir normalidad.
Seamos comunidad,
humanémonos repito.
Un nosotros es bendito
quiebre, palabra sagrada,
cruce, una bala cargada
de comprensión y respeto
que no sea solo un veto
a las guerras heredadas.


Nombre:
Geraldine.
Apellidos:
Ramones.
Altura:

Escuela creativa en la que te estás formando o de la que has sido alumno:
Egresada en 2014 de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, y actualmente cursando la beca de composición de canciones de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM). También la oportunidad de algunos cursos en Academia Oralitura y particulares que voy coleccionando de todo el universo a mi alcance, antes presencial y ahora virtual, lo que ha sido una gran compañía en esta pandemia en cuarentena. Por lo demás, LA VIDA, soy una exploradora nata de contenido y curiosa por aprender, quizá porque no hice la educación superior ni preparatoria ni universidad y luego tenía hambre de saber. Mis principales padres creativos creo que serían los libros y las canciones.

¿Cómo te has enfrentado al proceso de creación de estos textos?:

Lo sencillo:
Cuando escribí sin planes específicos, sin pensar en ninguna técnica, cuando fluye o un ejercicio creativo motivador.
Lo difícil:
Compartir los textos, crearlos bajo tiempo límite o deadline (incluso personal) pero más aún si es un deadline de entrega a un profesor o publicación o concurso. Pero creo que, principalmente, compartirlos, uno continuamente quiere pero, a la vez, no se siente suficientemente listo para ello. Pienso que es un acto de valentía porque aun sabiendo que puede que a nadie le importe lo que escribiste no deja de ser una especie de confesión desnuda.
Lo inesperado:
Esta sensación de sorpresa. Sucede especialmente que, cuando pasa mucho tiempo y no vuelvo a leer un texto, o poema, o alguna idea que dejé por ahí escrita, lo encuentro y vuelvo a leer y, a veces, me parece que lo escribió alguien más y eso es chocante; no en lo negativo pero es rara esa sensación, como si hubiera escrito en trance o me hubiera desprendido de mi yo superfluo; otras veces, descubro que no me parecen tan malos, sino muy valiosos en su imperfección, y no los recuerdo pero, cuando los releo, me cuentan, además, todo un tiempo congelado tanto de su diégesis como fuera de ella, son como un diario no escrito.
Dos palabras para describir tu proceso creativo (en relación a los textos que nos envías):
Herida y cura.

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