Recetas para poetas

Las recomendaciones de grandes autores para encauzar al poeta inexplorado, el que fluctúa entre el atrevimiento y la desorientación, parecen ya constituirse en un subgénero literario. Nos ofrecen el bálsamo perfecto contra los desórdenes del artista en ciernes, así como instrumentos para abordar la vida desde los métodos del arte. 

Son multitud las obras que recogen toda clase de consejos para emprender con acierto la escritura y convocar con eficacia a las musas y volcanes. Desde abstenernos de pulsión eruptiva de vez en cuando, hasta aplicar crema hidratante en las uñas de los pies o rechazar trabajos muy o nada remunerados.

Ante tanta profusión y variedad de sugerencias, nos debatimos los poetas, en incandescencia atenta con la que encender o apaciguar la creación aún joven y vacilante.

Y a sabiendas de esa imperiosa necesidad de instrucción, son muchos los autores que, desde la generosidad, han compartido su conocimiento; tanto por voluntad propia como por requerimiento directo de algún poeta novel. 

En esta oportunidad, nos hacemos eco de tres autores bien diferentes y sus consejos zigzagueantes.

Empezamos con las orientaciones del ensayista y novelista británico Llewelyn Poyws. En “Consejos a un joven poeta” se recopilan las cartas que el autor dirigió a lo largo de cuatro años (entre 1935 y 1939) al joven e inexperto poeta Kenneth Hopkins acerca de las condiciones necesarias para la creación literaria. 

Les compartimos el extracto de la primera de ellas con el objeto de animarles a emprender las chispas de la escritura, o, en alternancia, poseerse de pirotecnia poética. 

Añadimos a continuación algunos fragmentos del magnífico libro “Consejos a un joven poeta” (compartiendo título con el anterior) del autor francés Max Jacobs.

El texto constituye una espléndida reflexión sobre lo poético y artístico redactada en 1941 con el fin de responder a la pregunta “¿qué es un verso lírico?” que le formuló un joven estudiante de medicina.

Y terminamos con los consejos del poeta y editor norteamericano Lawrence Ferlinghetti leídos en el VII Festival de Poesía de Bachillerato en San Francisco, en 2001. Recomendaciones de auténtica primera necesidad de uno de los poetas centrales del movimiento Beat.

Hay infinidad -tan o más jugosos que estos- pero serán para otra ocasión. Mientras tanto, no duden en poner en práctica todo el listado y si no funcionan, no se fustiguen, siempre es posible regresar, pero, ya sí, con el depósito espoleado de placer y buena temperatura ambiente.

Ahora tomen nota de ellos:

Consejos a un joven poeta. Llewelyn Poyws.

6 de noviembre de 1935
Estimado Sr. Hopkins:

He leído sus poemas con interés. Sin duda, posee usted lo más importante de todo: intensidad de sentimiento. Creo que los poemas que más me gustaron fueron los de amor, sobre todo el segundo soneto. Creo que «El poeta contempla su alma» es el más original y apruebo el uso un tanto atrevido de la palabra «trasero». Creo que es usted un poeta y que siempre lo será. Si sigo aleccionándole a este ritmo, temo que acabe viéndome más como a un moralista que como a un poeta, pero mi intención con esta carta es ahondar en lo que ya he dicho.

(1) Para ser poeta debe vivir con una intensidad cinco veces —qué digo, cien veces— más frenética que la de quienes lo rodean. No hay motivo ni vivencia que no contribuyan a su apreciación poética y su cultura.

(2) Debe ordenar su vida de una forma tan rigurosa como la de un devoto piadoso. Debe vigilar su salud con esmero. Viva saludablemente. Aunque vaya usted envuelto en harapos, sea cuidadoso y asee todos los días cada centímetro de su cuerpo para que siempre se vea hermoso y fresco. Si carece de suficiente dinero para permitirse el coste elevado de los recibos de la colada, lave la ropa interior con sus propias manos, como si este esfuerzo personal añadido fuera parte de un rito sagrado. De ninguna manera use polvos ni fragancias. A la hora de comer, manténgase lo más alejado posible de los alimentos de origen animal; tome lácteos, frutas y verduras. Duerma siempre con las ventanas abiertas de par en par. Intente hacer siempre ejercicio al aire libre. Propóngase el objetivo de levantarse media hora antes que los demás y salir a caminar cuando tenga ocasión, para vislumbrar el mar cada mañana. Estos paseos son muy importantes para lograr una conciencia más elevada de la existencia. Los sentidos se aguzan y son más receptivos en ese momento del día. Si puede, haga lo mismo por las tardes; como si de un esmerejón posado en su muñeca se tratara, eche su alma a volar para que alcance las estrellas, surque los vientos y se estremezca bajo la lluvia mientras sobrevuela los tejados. No intente nunca imponerse a sus colegas. No trate de competir con ellos. Cada uno tiene su visión de las cosas. Nunca utilice sus armas, sea amable e introvertido. Ha de ser siempre una persona sencilla, sensata y directa, nunca jocosa, menos aún si se trata de poesía. Resérvese sus opiniones al respecto. Lea, lea y lea, pero nunca libros triviales. Siga el ejemplo de toda persona que tenga algo que enseñarle. Escriba un diario personal para dejar constancia de todas las experiencias del día que podrían tener cierto valor. Busque siempre en el diccionario el significado de las palabras que desconozca y anótelas en una libreta. Libere su mente todo lo que pueda de la conciencia de las diferencias sociales; valore la inteligencia, la sensibilidad y el carácter —olvidándose de la riqueza y la pobreza—; evite las ambiciones mundanas: deje que su ambición vaya más allá. Aprenda a distinguir y a reconocer lo vulgar, lo pretencioso y lo trivial; sea siempre sencillo y sincero y rechace cualquier tipo de afectación. Tenga muy en cuenta a todas las personas con las que guarda alguna relación. Su personalidad ganará en atractivo a medida que se vuelva más atento y poético y verá que las personas más fascinantes e interesantes se sentirán atraídas por usted. Nunca finja ni presuma.

En lo que atañe a su vida sexual, sea capaz de controlarse y sea capaz de abandonarse. Aquellas personas que exprimen el Amor al máximo yacen juntas en la telaraña encantada del romanticismo. Lea el Oxford Book of English Verse una y otra vez. Estudie todos y cada uno de los versos de John Keats y de Matthew Arnold. Lea una buena traducción de Lucrecio, de los ensayos de Montaigne y de Rabelais; lea la versión de La Ilíada y La Odisea de Andrew Lang. Lea todas las obras de Shakespeare con detenimiento, una a la semana. Que Dios lo bendiga. Buena suerte.

Afectuosamente,
Llewelyn Powys

Desempeñe sus labores diarias con cuidado y esmero. Es importante gozar de independencia económica. No tenga ninguna prisa en casarse. Pase muchas horas en las bibliotecas, únase a alguna sociedad literaria, vaya a conferencias, visite galerías, no pierda nunca la oportunidad de aprender cosas. Cultive su amor por la naturaleza, explórela, aprenda los nombres de todas las flores y brotes. Los pardillos no anidan en los bosques.  Su amor por los lugares solitarios es una buena señal. Si usted quiere, puede hacer que su vida sea apasionante. Tiene mucho a su favor, pero debe buscar en su interior, examinar su propia alma y no darle mucha importancia a la apariencia. Si tiene auténtica pasión por la vida, lo demás vendrá por añadidura.

Consejos a un joven poeta. Max Jacobs.

Abriré una escuela de vida interior y escribiré en la puerta: escuela de arte.
*
La vida interior es el discernimiento de los espíritus exteriores, las discusiones de la
Razón con estos. Los ángeles son desigualmente calificables, ahora bien ¿qué decir de los demonios? Pero la voz de Dios no es la de la Poesía. Los genios no son Dios, aunque hayan sido creados por Él. Aprenda, pues, a discernir esas voces inspiradoras y haga que en usted Dios las domine. Primero ejercítese en Dios, porque es el mejor fondo de cuadro, el único fondo de cuadro. Encuentre primero a Dios.
*
El resultado primero de la vida interior es que nos hace permeables. Un poeta impermeable solo hará obras superficiales.
*
Cabe preguntarse si toda poesía no es otra cosa que superficialidad. Respondo: «sí». Es
una lástima. Pero uno puede pedirse a sí mismo intentar otra cosa. En todo caso, solo vivirán las obras no superficiales, quiero decir las que, aun teniendo la apariencia de lo superficial, han pasado por el abismo de Lo serio.
Por consiguiente, sea en primer lugar permeable, es decir, serio.
*
¡La invención!
Lo que salva al arte es la invención.
Solo hay creación allí donde hay invención. Cada arte tiene sus invenciones. La idea de un bemol o de un sostenido en un lugar donde no se esperaba es una invención. Una imagen nueva (¡oh, qué rara!) puede ser una invención. Un color imprevisto puesto en su lugar. Una proporción nueva en la dimensión de una obra.
Pero la verdadera invención viene de una conflagración de pensamientos o de
sentimientos.
*
Un verso lírico es el resultado de una conflagración. Solo la conflagración le da densidad.
*
Reflexione sobre la cuestión de la densidad. ¿Ha constatado la diferencia entre el agua de mar y el agua de manantial? Que su verso y su prosa tengan densidad.
*
Casi toda la diferencia entre los grandes y los pequeños autores está en la densidad de su Verbo (y, naturalmente, en la seriedad).

[..]

Consejos para jóvenes poetas. Lawrence Ferlinghetti.

Inventa un lenguaje nuevo que todos entiendan.
Besa el espejo y escribe lo que veas y oigas.
Baila con lobos y cuenta las estrellas, incluidas las nunca vistas.
Sé ingenuo, inocente, no cínico, como si acabaras de aterrizar en la Tierra (como de hecho te ocurre, como a todos), asombrado de dónde viniste a caer.
Escribe periódicos vivos. Sé reportero del espacio exterior y manda tus despachos a un editor en jefe que crea en la cobertura ilimitada y tenga poca tolerancia al aire caliente.
Escribe un poema interminable sobre tu vida en la Tierra o en cualquier otra parte.
Piensa subjetivamente, escribe objetivamente.
Piensa ideas largas en frases cortas.
No participes en talleres de poesía, pero si lo haces, no vayas para aprender ‘‘cómo” sino‘‘qué” (qué es importante escribir).
No te inclines ante críticos que no hayan escrito una obra maestra.
Resiste más, obedece menos.
Libera en secreto cualquier ser vivo que encuentres enjaulado.
Escribe poemas breves en la voz de las aves. Haz que tu lírica sea de veras lírica. Pon alas en tus versos para que vuelen a las copas de los árboles.
El muy citado dicterio de William Carlos Williams ‘‘No ideas, cosas” está bien para la prosa, pero es como una mano muerta sobre la lírica, ya que las ‘‘cosas” son inertes.
Recuerda todo, no olvides nada.
Trabaja en una frontera, si logras encontrarla.
Relaciónate con poetas que piensan. Son difíciles de encontrar.
Cultiva la disidencia y reflexión crítica. ‘‘Primer pensamiento, mejor pensamiento” puede no servir para la poesía grande. El primer pensamiento puede ser el peor.
No tengas la mente tan abierta que se te salgan los sesos.
Cuestiónalo todo y a todos. Sé subversivo, pon siempre en duda la realidad y el orden establecido.
Sube las persianas, abre las ventanas, levanta el techo, desatornilla las cerraduras de las puertas, pero no tires los tornillos.
Comprométete con algo que esté fuera de ti. Hazte militante de eso. O sé extático.
Ser poeta a los 16 es tener 16, ser poeta a los 40 es ser un poeta. Sé ambos.
Despierta y orina, el mundo está en llamas.
Que tengas un buen día.
***
Leído en el VII Festival de Poesía de Bachillerato, San Francisco, 2001.
(Selección y traducción del inglés: Hermann Bellinghausen).

Poyws, Llewelyn (2020). Consejos a un joven poeta. Viruta de boj. Editorial Libros de Trapisonda.
Libros de Trapisonda (5 de octubre de 2020). Recuperado de: https://www.librerantes.com/primeros-consejos-al-joven-poeta-por-llewlyn-powys/
Jacobs, Max (2014): Consejos a un joven poeta. Editorial Rialp.
La Jornada (23 marzo, 2019) FERLINGHETTI ACONSEJA A JÓVENES POETAS.
Recuperado de: https://www.jornada.com.mx/2019/03/23/cultura/a04n1cul

Marisa Bello
Consejo editorial agua

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