Jose Sabarga

Negro baña el cielo los rastrojos, negro dices con la tierra en la mano, negro sol arrojado entre los surcos.

Palpas esta germinación, este iris donde las fauces crecen su fronda, donde árboles blancos hincan de pavesas la negruzca brisa.

Negro tallo en tu salada mejilla.

Ni siquiera la sombra de este amanecer.

*

Metales y llantas como un rebaño de luz seca. La angustia florece en cielo de negras nevadas. Y bajo los edificios, los autos son corolas de acero que deshojan del llanto pausado del astro.

Tu no conoces esa mirada, sin embargo la noche es tan similar… recuerda a los senderos del cencio cuando miras a las reses agrupadas como una máquina y sientes la tarde.

*

Grandes son aquí las aves

que lloran la madrugada, grande

es también la memoria negra del dolor y sus habitaciones.

Y frágilmente escuchas el afluente del astro cuando tus ojos ven como ve el que está cansado bajo la luz de la noche.


Nombre:
Jose.
Apellidos:
Sabarga.
Altura:
1,79.
Escuela creativa en la que te estás formando o de la que has sido alumno:
Influencias a raíz de las lecturas de los maestros y de diferentes poetas a los que les mando mis textos. Aunque he de destacar la labor y ayuda en mi aprendizaje por parte de Luis Luna y Miguel Ángel Curiel, magníficos poetas y grandes amigos.

¿Cómo te has enfrentado al proceso de creación de estos textos?:
Como una noche que camino donde me asaltan las palabras, en esa luz encuentro mi páramo.

Lo sencillo:
No hay nada sencillo en este caminar. Cada poema es una casa, no puede fallar ni un mero alambre, todo puede derrumbarse en cualquier momento si no prestas la suficiente atención. Relajarse muchas veces te deja ciego e incapaz y lo que percibes como el más fulgurante mar, puede ser en realidad un negro desierto. Hay que ser consciente de las capacidades de uno mismo, pero siempre para poder transgredirlas y no asentarse en la cómoda abnegación a avanzar. Si la poesía es la palabra que pasa por la herida no hay nada sencillo.
Lo difícil:
Hallar tu voz, poder encontrarte en las palabras que te han dado para poder comunicarte con los otros, poder hacerlas tuyas sin quitárselas a los demás, ser consciente de tu lenguaje propio como un reflejo de un sol inefable. La poesía te da tu hogar para que lo habiten otros, no puedes empezar por construir el suyo, has de mostrar en las palabras tu vida y dolor propios siempre en aras de arar un puente hacia el otro.
Lo inesperado:
La multiplicidad de significados, encontrar tu nombre allá donde grabaste soledad o el trigo. Pero lo más deslumbrante es cuando alguien hace de tu nombre el suyo y te ilumina la senda donde tú has escrito el amanecer.
Dos palabras para describir tu proceso creativo (en relación a los textos que nos envías):
Nevar silencio.

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